Miles de besos he dado, miles de labios tocaron mi boca. Miles de amores dominaron mi alma, como una loca veleta mi corazón no sabía donde estaba el amor que esperaba. Miles de desilusiones sufrí por creer que algunos sapos podían ser mi príncipe esperado. Miles de lagrimas derrame en vano, miles de poemas escribí en nombre de amores que no existían, muchos sapos con coronas y fans me enamoraron por segundos, muchos sapos quisieron ser dueños de esta gitana impaciente.
Cansada estaba de enamorarme en vano, de entregar amor y recibir dolor, cansada estaba de besar sapos con coronas y afanes de príncipe, pero que en su interior no eran más que una rana mal oliente y egoísta. Lastima sentí de mí misma al pensar que el amor de mí huía, pero un día un sapito llamó mi atención, no era muy lindo pero escondido en el rincón me miraba y sonreía. Deje pasar días y quizás años, mientras observaba al sapito, que no era chiquitito ni feo, sino más bien muy tímido y solitario, así estaba el sapito que sin corona ni halagos se acercó a mi para saludar. Tímido y callado me miró, se acercó a mi y me dejo besarlo, pese a que al principio no paso mucho, un día me desperté y vi que acostado junto a mi ya no estaba el sapito, sino que entre mis brazos dormía un príncipe moreno y guapo que me dijo te amo.
Desde ese día, desde que encontré al amor deje de besar ranas y sapos, deje de buscar el amor, ya no me pregunte nunca más si había alguien para mi, y todo paso porque a mi lado un día estaba ese sapito que no era muy lindo, pero que tenía mucho amor para darme. Desde aquel día no busqué más, porque encontré a mi verdadero amor, pero lastima siento de los años que pase besando sapos, porque pese a que jamás perdí la ilusión de encontrar a mi amor, aquellos malos sapos me hicieron llorar, pero hoy junto a mi amor la lastima me sabe a otro color, me sabe a verdadero amor.
Lola
El Mundo Lo Sonner 